El Conde de Monte Cristo

sábado, 15 de marzo de 2008

Me doy cuenta de que en muchas ocasiones funciono por arrebatos, es lo bueno y lo malo de apasionarse con las cosas. Cuando me doy cuenta de que durante mi educación me han robado, y me han hecho perder el tiempo en lugar de enseñarme me frustro. Desde que tuve conciencia de este fraude decidí llenar las lagunas que iban apareciendo en mi formación de forma autodidacta. Así por ejemplo, yo considero que nos han privado de la lectura de los clásicos de todos los tiempos. Se han dedicado a destriparnos impíamente los finales de las obras maestras de la literatura española, y no nos han dado ni siquiera un somero vistazo de las obras maestras de la literatura universal. Me podían obligar a leer la nefasta literatura desnatada de la lamentable editorial Edebé, pero no me podían impedir que leyera lo que me daba la real gana en mi tiempo libre. Así me fui haciendo una lista de tareas pendientes, y desde entonces selecciono aquellos libros que deben ayudarme a cubrir ese vacio.
Portada del primer tomo de la edición francesa de bolsillo.

Fue durante uno de esos arrebatos cuando me dije a mi mismo: "es una vergüenza que nunca hayas leído nada de Dumas". Me fui a la FNAC en busca del primer libro cuya relación de páginas/precio me pareciese más rentable y topé con El Conde de Montecristo, que con sus mil cuatrocientas páginas me pareció una buena amortización en su edición de bolsillo. Yo pensaba para mis adentros: "si me lo leo en menos de quince días y no me gusta demasiado vuelvo y lo cambio...". No sólo no lo cambié, sino que es uno de esos libros maravillosos que se pueden releer sin que por eso pierdan un ápice de su belleza original. Tanto me gustó que este verano durante mi estancia en París me hice con la edición de bolsillo francesa, casualmente en la FNAC de Place d'Italie. He de decir que leerlo en francés es una delicia, y que a todo el que pueda permitirselo debe intentar leerlo en francés. No es que las traducciones sean malas, las traducciones de una lengua de origen latino a otra lengua del mismo origen suelen ser por lo general más precisas, pero es una gozada leer en ese estilo absolutamente recargado y lleno de adverbios infinitos que es propio de la lengua francesa.
Portada del segundo tomo de la edición francesa de bolsillo.

Al grano. ¿De que va el libro? Por decirlo de forma breve: "es la historia de una venganza ". Pero no una venganza al uso, no una venganza a lo corso donde de "dos mojadas*" has saldado tus cuentas. No es una venganza de callejón oscuro en una noche cerrada. Es la venganza justiciera del héroe que decide suplantar a Dios, para ejercer de providencia bondadosa con aquellos que le fueron fieles, y de juez omnipotente con aquellos que causaron su horrible caída en la más profunda desgracia. La novela acontece en los turbulentos años posteriores a la Revolución Francesa y justo después de las guerras napoleónicas. Nuestro protagonista es un joven marino de Marsella, Edmond Dantès. El es un dechado de virtudes cuya vida transcurre en la modestia, pero encaminada hacia la felicidad básicamente. Su patrón es un bondadoso armador de Marsella que piensa hacerle capitán de uno de sus barcos, tiene el amor de su padre y el de su prometida, Mercédès. Sin embargo, ha cometido un trágico error por su fidelidad a su palabra. Ha accedido a los ruegos de su capitán moribundo para bajar a la isla de Elba y llevar una carta del emperador caído al comite bonapartista de París. Esto servirá de desencadenante para que la envidía que ocasiona su felicidad a unos miserables (Fernand, Danglars) y el miedo que genera el emperador en los poderosos fieles a Luis XVIII (Villefort) le condenen al abismo. Así, en la noche de su cena de compromiso (fiançailles) es arrestado y arrojado al presidio para siempre...

En el presidio conocerá a otro convicto (no contaré de que manera porque eso hay que leerlo), el abbé Faria, que durante su cautiverio le educará convirtiendolo en una persona superior a sus semejantes. Probablemente una de las mejores partes de la novela, gran reflejo de como subsiste el espiritu humano en la adversidad más extrema, y de como basta una pequeña esperanza para alumbrar el presente. Allí el abbé, al que todo el mundo cree loco, le contará la increible historia de un tesoro de magnitudes inconcebibles.

Años después aparecerá en París un aristácrata desconocido cuya personalidad magnética y aura de misterio le iran abriendo las puertas de la alta sociedad, donde han prosperado aquellos que un día hicieron del mal su forma de medrar. Se hará un hueco en ella como hombre extravagante y poderoso. Irá ganando en influencia, ganando la confianza de todos, e irá tejiendo una trama mortal como las Parcas. Para él no existirá el concepto de lo imposible, ni de lo irrealizable y desafiará a todo y a todos para cumplir su misión, planificada de forma diabólica hasta el más ínfimo detalle. La novela es una obra de relojeria, precisa y fulminante.

Por último, espero no haber dado más detalles de los necesarios para motivaros a leerlo, pero es muy difícil esbozar esta obra maestra sin dar algunas pistas. Las importantes las he omitido deliberadamente. Además está la increible cantidad de personajes que llenan el libro configurando un universo propio, dando lugar a multiples tramas subordinadas que es imposible desbrozar en una modesta reseña. Sólo puedo decir que el entretenimiento está asegurado y que mil cuatrocientas páginas se hacen cortas cuando has acabado. La novela además no está exenta de cierto romanticismo decimonónico que es de mi agrado. De las diversas producciones cinematográficas de esta novela ninguna me place especialmente... no pueden captar toda la esencia trágica del personaje. Y ya sabéis "culturizaros y vitaminaros".

Nota: * Dos puñaladas.

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Lo que pasa cuando dejas de tener Internet

jueves, 13 de marzo de 2008

No, no te mueres, sólo... Sólo te da el síndrome de abstinencia que le daría a cualquier adicto a cualquier cosa. Así que no te mueres, pero casi.

En realidad no es tan terrible, pero es muy cierto que no sabes lo enganchado que estás a algo hasta que de pronto te lo cortan de sopetón. Es como si te pusieran una venda en los ojos y te taparan los oídos; es como volver a aquella cueva platónica en la que sólo te llegan las historias en forma de leyendas antiguas y que nunca se parecen a la realidad; es como volver a aquellos años de infancia en los que para buscar datos de Letonia tenías que coger el pesado tomo 24 de la enciclopedia Espasa-Calpe del mueble decimonónico del salón (sí, ese con fotos de comuniones ancestrales, figuritas de Lladró y platos de La Cartuja entre otras reliquias). Es tan limitante no tener Internet que te preguntas cómo es posible que no se hubiera inventado allá cuando nuestro héroe Tesla publicó su primer trabajo.

El grito.

Y así, en ese estupor nervioso y existencialista te tiras por lo menos 3 días. Llegas a casa y ves el ordenador ahí, apagado, absolutamente inútil. ¿Para qué si no está conectado a la Red de Redes? ¿Para ponerte a jugar al buscaminas? ¿Para deprimirte viendo los Favoritos del navegador a los que no puedes acceder? Así que ahí se queda. Y como en aquel episodio de "Los Simpson" en el que quitan Rasca y Pica de la programación y los niños empiezan a salir a la calle a jugar y las mariposas vuelan y la felicidad recorre Springfield, tú sacas la cabeza de tu cuarto y en un acto de verdadera lucha contra el ostracismo, sales al mundo más allá del .com.

Y te vas a ver la tele.

Seamos sinceros: un adicto no corta de golpe con la heroína a riesgo de morir fulminado por el mono. Se pasa a la metadona. Y la tele es al internauta "castrado" lo que la metadona al chute diario. Y te frustras. Perdidos está tan atrasado que los confundes con "Los Brady" en un especial del verano del 62. Ves la premiere de la 2ª temporada de Héroes como si fueras un abuelito del IMSERSO pensando "Ah, qué ilusión me hizo... Era tan joven...". Te pierdes en el programa de la canción de Eurovisión porque no has podido verlo en la Red y llegas al trabajo preguntándote, lleno de vergüenza, qué demonios es el "chiki chiki". Y lo peor... acabas viendo esos bodrios de los fines de semana de después de comer... Entonces crees que has llegado a tocar fondo, ¡pero no!

El fondo aparece a la hora de la socialización post-cercenamiento-de-la-conexión. Es terrible escuchar conversaciones a tu alrededor que empiezan con "Ayer vi en YouTube..." o, "En el Blog de X decía que...", o "Hay un artículo muy bueno en nosedónde.com que..."... T_T. No hay palabras. Es como si te hicieras pequeñito y lejano y oyes sus voces retumbar en las pareces cavernosas de... Sí, efectivamente has vuelto a la cueva de Platón y lo que escuchas son leyendas del mundo exterior que no puedes siquiera soñar a vislumbrar.

El peor día de mi vida.

¿Dramático? Quizá. ¿Real? Desde luego.

Así que para superar tu pequeñez mediática te pones los auriculares del MP3 (es una de las pocas utilidades que aún tiene tu PC, cargar el MP3) y sales a la calle y te das cuenta de que ya es primavera en el Corte Inglés, de que sigue habiendo huelga de la EMT y de que vientos de obras y más huelgas soplan por los túneles del Metro. También sales al campo, ese gran desconocido, y descubres por qué la civilización humana trata por todos los medios de olvidar que viene de allí. Incluso vuelves a leer a la velocidad de antaño. No es que dejaras de hacerlo, pero entre el trabajo, las clases, el agotamiento visceral del día a día y todo lo demás, leías a marchas forzadas, más por no perder la costumbre que por placer, y ves que la pila de libros atrasados disminuye hasta desaparecer. También te das cuenta de que hay ciudades más allá de la urbe y que sería muy agradable probar a vivir en esas ciudades porque al fin y al cabo, ¿qué no se puede conseguir por Internet?

Entonces es cuando suspiras y lo recuerdas. Internet. Fue bonito, fue muy intenso y desde luego, fue inolvidable pero, como con todo, al final, se puede vivir sin él.

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¡Que viene Richi!

miércoles, 12 de marzo de 2008

¡Pues que venga! Cuantos más seamos, mejor... ¿o no?. A veces una visita inesperada pasa rápidamente de una grata sorpresa a una incómoda situación, y este es básicamente el argumento de la obra de teatro que los monstruos nos comimos hace una semana (que sí, que soy un vago y debería haber hecho esta reseña la semana pasada... pero oye, al menos todavía sigue en cartel ^^U). Me reconozco un pequeño admirador de Ángel Martín (uno de los protagonistas de la obra) tanto de su trabajo en Sé lo que hicisteis como de sus monólogos en nuevos cómicos, y no negaré que parte de la culpa de que arrastrase a media isla al teatro Alcázar de Madrid (y como se resistieron los condenados, los pesqueros japoneses todavía no se han recuperado :p) la tiene que a mi amigo, el señor J, y a mí nos guste su tipo de humor y coincidiésemos en ir a verla. La otra parte de culpa la llevan las críticas que leí (buscadlas en Internet so vagos, no queráis que os lo de todo hecho), que son bastante buenas. Además, ir al teatro hoy en día es un tema de conversación increíble (como los cocodrilos de las alcantarillas... nadie se lo creería).


Antes de decir mi opinión, os pongo un poco en antecedentes, para que podáis vacilar de conocimientos :p. ¡Que viene Richi! es una obra basada en una ídem de 1981 de Larry Shue titulada The Nerd (según tengo entendido, y seguro que alguien me corrige, en inglés hay tres tipos de frikis: los freaks, los nerds y los geeks. El primer término se usaba para describir a los monstruos de feria, como los componentes del circo de Big Fish, pero el significado actual es un poco diferente y ahora se usa para personas con fuertes obsesiones o pervertidos. El máximo exponente del segundo grupo sería Steve Urkel. El tercero lo componen tios que viven en el sotano de sus padres hasta los 50, momento en el que la casa de sus padres suele pasar a ser su casa, sobreviviendo a base de pizza, ancho de banda, bytes y compilaciones de Gentoo). La obra cuenta la historia del joven arquitecto Willum que durante una cena con su jefe, recibe la visita de su amigo Rick, un hombre que le salvó la vida durante la guerra de Vietnam y al que no conoce salvo por las ocasionales cartas que se han enviado durante años. Este sencillo reencuentro da paso a una desternillante historia que os recomiendo encarecidamente ver y que no pienso spoilear aquí (demasiado). La obra fue llevada a Broadway en 1987 e interpretada por Mark "Skywalker" Hamill durante 441 representaciones (wikipedia dixit), para que luego digan que está encasillado... También fue llevada a Londres donde el papel de Rick fue interpretado por Rowan Atkinson, en lo que algunos consideran la precuela de su personaje más famoso: Mr. Bean.



Viendo el parecido... yo le habría dado el papel de Richi ^^U

La versión española, y siempre en mi humilde opinión, está a la altura. La obra empieza lenta, eso no se puede negar, y aparte de unas pocas carcajadas durante los primeros 10 minutos, es sólo una correcta introducción al torbellino que se desata cuando aparece Richi (Secun de la Rosa, que os sonará a los usuales de Aída o a los que hayan visto alguna de las películas de El otro lado de la cama). De su interpretación solo puedo decir que es espectacular y se mete al público en el bolsillo desde el primer segundo en escena. Desde que aparece hasta la bajada del telón, el público no paró de reír llegando a ver bastantes lágrimas y mucha risa histérica incluso en los momentos "tranquilos" de la obra (gracias señora de la fila de delante :p). Sus compañeros ofrecen interpretaciones bastante buenas también, aunque algunos no pudieron evitar sentirse afectados por la energía desprendida por Secun (memorable una escena en la que Virginia Rodriguez (Tania en la obra), estaba sentada en el escenario completamente roja intentando contener la risa con la mano durante casi un minuto, o cuando, sospechamos que, a Ángel Martín(Guillermo) se le olvidó el diálogo en una escena con Secun y este convirtió el olvido en una coña que arrancó un coro de risas al público que sacó del vacío a su compañero... a partir de ese momento se notó mucho más al Ángel Martín de Sé lo que hicisteis, pero llegado ese momento a nadie le importaba ya demasiado porque la obra es tan buena que ese detalle pasó desapercibido). El resto del reparto lo forman Jorge Calvo como Jorge, un ácido crítico de cine amigo de la pareja Guillermo-Tania, Francisco Maestre como el jefe de Guillermo, Marta Fernández-Muro como Celia, la mujer del jefe y Rafael Ramos y Borja Sicilia como Zeus, el hijo del jefe. La mayoría del reparto son caras conocidas para los que como yo no tienen vida y han desperdiciado bastante tiempo delante de la caja tonta y ofrecen una obra digna de una ovación monstruosa al menos por nuestra parte, que salimos del teatro al grito de: ¡¡ZAPATOS Y CALCETINES!! (si quereis saber de que va la frase, os vais a ver la obra :p). Mención especial a la directora, Carmen Losa, por lo que parece un buen trabajo (y digo parece, por mi ojo es bastante inexperto para valorarlo :p), y a la fantástica adaptación de la obra de los USA de 1979 a la España de 2008. Si podeis ir, no desperdicies la oportunidad de pasar un rato estupendo viendo esta obra.

PS: ¿Os he dicho ya que la obra es buena y que yo no cobro comisión por hacerle publicidad?

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The wireless evolution

martes, 11 de marzo de 2008

A veces, el que aparezca en tu cara una sonrisa de oreja a oreja, depende sólo del descubrimiento de detalles. (¡Ha dicho Golf Course Of Course!, ¡Nos han enlazado desde menéame!). Este fin de semana descubrí uno de esos detalles que te hacen sonreír y quería compartirlo con vosotros:

Buscar por los cajones de mi habitación en casa de mis padres siempre tiene alguna sorpresa. Puedes encontrar la calculadora que nunca ha funcionado y que de pequeña utilizaba como si fuera un superordenador, o el reloj de pulsera en el que me imaginaba que se veía la tele (y que por supuesto también me servía para comunicarme con mis compañeros de misión), o la “moneda de la suerte” que llevé durante varios años en mi estuche del colegio.

La verdadera sorpresa llegó cuando cogí de nuevo esa moneda, y vi qué había grabado en ella.

Ameritech: The wireless evolution

El momento en que vi el reverso de la moneda, es el momento del que os hablaba, ese momento en el que aparece la sonrisa de oreja a oreja: Había una serie de fechas y de modelos de teléfono. Y además hablaba de “The wireless evolution”. Y entonces descubrí cuál era el verdadero motivo que me había impulsado a estudiar Teleco. ¡Mi moneda de la suerte fue la que me metió esas ideas en la cabeza!

Ejem, bueno, a lo mejor no… Pero, ¿a que a vosotros también os habría aparecido una sonrisa de oreja a oreja si hubiérais descubierto algún detalle parecido?

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Shock doble: "Mazinger Z" y "El Ataque de los Supermonstruos"

domingo, 9 de marzo de 2008

Andaba yo el viernes pasado paseando por la sección de películas de El Corte Inglés con Carlos y Foly, cuando éste último me llamó la atención sobre un DVD que muy probablemente me iba a encantar: Mazinger Z, El Robot de las Estrellas. Todo apuntaba a que se trataba de una película de ciencia ficción oriental de serie B con entes gigantescos que se daban de piñas entre sí y con el nombre mal traducido a propósito para intentar atrapar al crío descuidado. He aquí el frontal de la caja del DVD:

¡Ahora en imagen real!


Tras superar el shock inicial que le produce a uno el contemplarla, comienzo a fijarme en ciertos detalles que le dan aún más encanto. Al parecer, y tal como reza la parte de arriba del frontal, esta película pertenece a un sello denominado Asian Trash (Basura asiática). Así me gusta, con sinceridad, atrayendo al auténtico target de esta obra, el amante de los truños. Y, más concretamente, el amante de los truños orientales.

Pero continuemos analizando la caja. Al bajar la vista más allá de la poderosa efigie de Mazinger, nos encontramos con la agradable sorpresa de que, por los míseros 12 euros que cuesta el DVD, no estamos comprado una, sino dos grandes películas. Esta segunda obra maestra se titula El Ataque de los Supermonstruos. Un título que promete, y su argumento trata de...

Hay que abrir los signos de admiración que se cierran.

¡No! ¡Pobres amigos de Godzilla! Imagina que vas tan tranquilo a la Tierra para la exterminación total y te encuentras con que los humanos son... ¡dibujos animados! La verdad, si yo fuera uno de estos amigos de Godzilla no sabría qué hacer ante tal aprieto.

...

Prosigamos. Llenos de emoción y con las manos temblorosas, damos la vuelta a la caja, deseando ver qué increíbles sorpresas nos aguardan:

Edición especial coleccionistas.

A ver... sinopsis, datos técnicos, listado de extras, lo habitual. ¡Espera! ¿Listado de extras? ¡Qué atención al detalle! Multitud de documentales, escenas eliminadas (*glups*), próximos lanzamientos, las canciones de cierre y apertura originales de las películas y...

No se ve, pero a la derecha hay más extras.

¡Una entrevista a Jackie Chan! Dios mío, este DVD acaba de duplicar su valor. Estoy deseando saber qué opina Jackie Chan de estas dos obras maestras del Kaiju Eiga.

Y tan ufano andaba pensando que por fin había acabado de sacarle todo el jugo posible a la fascinante caja de este DVD, extrayendo toda la información que podía ofrecerme, que casi me pasa desapercibido un dato escalofriante. Bajo un análisis más detallado, el ojo atento descube un pequeño, casi insignificante detalle:

En su defensa diré que la otra película sí tiene licencia del Ministerio.

El Ministerio de Cultura no ha concedido aún la licencia a una de las dos películas. ¿Qué más se puede pedir?

Este disco (porque sí, las dos películas y los mil extras van en un sólo disco) era compra segura, y rápidamente me dirigí a la caja y me hice con él. He de decir que cuando la dependienta me lo cobró pasé más vergüenza que si hubiera comprado una película porno. Pero estoy seguro de que ha valido la pena.

Espero poder visionar en breve estas dos maravillas del celuloide y, si se tercia, hacer una reseña. Temblad ante la posibilidad.

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Últimas lecturas: Ivanhoe

miércoles, 5 de marzo de 2008

El verano pasado tuve la fortuna de visitar Edimburgo con varios amigos de la universidad, que más tarde me liarían para participar en el blog que tenéis entre manos. Sin entrar en muchos detalles sobre el viaje (aunque me veo en la obligación de recomendar fervientemente dicha ciudad como destino de vacaciones), al poco tiempo de estar allí llegamos a una importante conclusión. En esa tierra aprecian, y mucho, a un señor llamado Walter Scott. Sir Walter Scott.


Así, en pleno centro de la ciudad, en un parque frente a la principal calle de tiendas, y al pie de un imponente castillo, se erige un monumento. Y no hablo de cuatro piedras mal puestas, o de una estatua solitaria con una placa conmemorativa. El monumento a Walter Scott en Edimburgo es un pedazo de torre gótica de más de sesenta metros (o eso dice la Wikipedia), que para colmo es bonito. En su base hay una estatua del escritor sentado, tan contento. Sintiendose querido.



Un par de días después de este primer encuentro, acabamos en un pequeño museo dedicado a escritores escoceses. Había material sobre el piratesco y muy recomendable R.L Stevenson, de quien quizá debamos hablar en otra ocasión, así como de algún otro escritor cuyo nombre nunca recordaremos. Pero el gran protagonista era sir Walter. Supimos de su vida personal, no muy interesante, y de su obra literaria, que cada vez me intrigaba más. Un título en particular me resultaba vagamente familiar: Ivanhoe. Creía recordar haberla visto en alguna estantería de mi casa… habría que echarle un vistazo.


Fue así como el libro entró en mi cola de lectura, aunque aún pasarían varios meses hasta que llegara su turno. Hace unos días terminé el último capítulo, quedandome un buen sabor de boca que me ha llevado a escribir estas líneas.


En fin, hablemos del libro en cuestión El ejemplar que he leído forma parte de la colección de novelas de aventuras que publicó hace un tiempo El País, en formato de bolsillo, con una traducción muy digna, y el ridículo precio de dos euros. Por otra parte, la portada es pobretona, con un dibujo bastante flojo de un caballero al galope sobre fondo azul. Puesto que el título de la novela no aporta demasiada información, todo lo que sabía cuando la abrí por primera vez es que estaba escrita por el señor (perdón, sir) Scott, y que aparecería, por lo menos un caballero. Quizá incluso se llamara Ivanhoe.


Debo señalar que el género caballeresco nunca se ha contado entre mis preferidos, lo que puede resultar chocante, si tenemos en cuenta que me chifla la fantasía medieval. Pero mi actitud hacia estos libros ha mejorado ligeramente en los últimos tiempos, después de leer la magnífica saga Canción de Hielo y Fuego (más conocida por el título de su primer libro, Juego de Tronos) que, entre muchas otras cosas, habla de tipos enlatados que se pelean a caballo. Aunque Ivanhoe es una obra muy distinta (y, en mi opinión, ni de lejos tan buena), no faltan elementos comunes entre ambas. Por citar unos cuantos, además de los mencionados guerreros en conserva tenemos torneos de caballería, asedios, juicios por combate y alegres hombres del bosque. Eso sí, no esperéis intrigas políticas dignas de tal nombre. Ivanhoe es, ante todo, una historia de aventuras.


Resumiendo, y sin reventar detalles de la trama, la novela transcurre en Inglaterra durante el reinado de Ricardo Corazón de León, que por supuesto se encuentra lejos de su reino, luchando en las cruzadas mientras su hermano Juan gobierna despóticamente. La nota de originalidad estriba en que, mientras otras historias similares se centran en la resistencia de los héroes contra un tiránico Juan, en Ivanhoe se da especial importancia al conflicto entre sajones y normandos. Pocos años después de la conquista de Inglaterra a manos de los refinados y caballerescos normandos, los sajones, gente rústica que aún invoca ocasionalmente a los dioses nórdicos, no ven con buenos ojos a sus nuevos gobernantes. La novela muestra el punto de vista de los sajones, sin caer en el simplismo de buenos contra malos. De hecho, el propio rey Ricardo pertenece a una dinastía normanda, y el caballero Ivanhoe es su principal campeón.


El reparto es uno de los puntos fuertes, con personajes muy humanos y repletos de matices alternándose con otros más caricaturescos, que no obstante resultan divertidos y entrañables. Sin embargo, y por extraño que parezca, el que da título a la novela no se encuentra en ninguno de estos dos grupos. En efecto, Ivanhoe es un tipo plano y más bien insulso, que ni siquiera participa en los principales eventos de la historia, bien por estar ausente, bien por tener que recuperarse de sus heridas. Su único mérito consiste en tener un nombre bonito que queda bien en la portada de una novela.


Frente a la sosería del héroe, llama la atención lo logrado que está el papel, tradicionalmente secundario y superficial, de la doncella en apuros. La bellísima Rebecca, hija de un rico comerciante judío, y por lo tanto perteneciente a una raza universalmente despreciada, consigue conmover y enamorar a héroes, villanos y lectores por igual. Es un personaje trágico que se enfrenta a las adversidades con una difícil mezcla de humildad y dignidad. A lo largo de la historia, Rebecca eclipsa a todos los demás actores (incluyendo a la distinguida y aburrida dama Rowena, enamorada de Ivanhoe y doncella “oficial” de la obra), siendo en muchos sentidos la verdadera protagonista.


No menos importante es la abundancia y calidad de los villanos. Aunque los primeros capítulos parecen indicar que el principal antagonista será el inevitable príncipe Juan, ejerciendo de tirano de opereta, lo cierto es que éste pasa pronto a un segundo plano. A partir del segundo tercio del libro, las maldades quedan en manos de auténticos hombres de acción: el caprichoso aunque honorable mercenario Maurice de Bracy, el brutal barón normando Front-de-Boeuf (literalmente, “frente de buey”), y el orgulloso caballero templario, Brian de Bois-Guilbert.


La orden del temple, por cierto, presenta en esta obra una imagen bien distinta de aquella a la que podemos estar acostumbrados por la ficción más reciente. Desde luego, estos templarios no encajan en el perfil de sabandijas conspiradoras aficionadas a esconder tesoros, guardar secretos terribles, y dejar acertijos y mensajes en código. En Ivanhoe, los templarios son guerreros brutales: aplastan cráneos, azotan sarracenos, desafían a quien se les ponga por delante, secuestran doncellas, y queman brujas.


Finalmente, en el libro aparecen una serie de personajes misteriosos, cuya identidad se oculta al lector durante la mayor parte de la historia. No seré yo quien desvele sus secretos, aunque no me resultó particularmente difícil adivinarlos. Como nota curiosa, debo decir que me acostumbré tanto a los apodos que se les da en un primer momento, que se me hizo muy extraño ver cómo de pronto el narrador pasaba a referirse a ellos por sus nombres de pila. Me dio la sensación de que los personajes perdían, de este modo, parte de su mística.


Concluyendo, Ivanhoe es una lectura muy recomendable, si bien no me atrevería a calificarlo de imprescindible (categoría en la que sí entraría, por ejemplo, la ya mencionada Juego de Tronos). Ofrece buena prosa, aventuras razonablemente épicas pero verosímiles, buena documentación histórica (o lo bastante buena para no engañar a un lego en la materia como soy yo), y personajes memorables. Algo de humor, mucha acción, predominancia del amor platónico frente al sexo, aunque sin caer en la ingenuidad.


Me decepcionaron algunos aspectos, como la trama, excesivamente simple. La acción se desarrolla en escenas, entretenidas y bien narradas, pero también algo inconexas. Poco de lo que se cuenta contribuye realmente al desenlace, que se hace un tanto arbitrario. Precisamente en la secuencia final se da un giro injustificable (el que lea el libro lo reconocerá fácilmente, cuando llegue) que arruina la verosimilitud y casi impulsa a dejar de leer. Con todo, Ivanhoe consigue dejar al lector un buen sabor de boca. Que no es poco.

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Menú del Día

lunes, 3 de marzo de 2008

Hay dos cosas que a los monstruos nos gustan sobre todo lo demás. Una de ellas es arrasar ciudades, no hay nada como derribar sus edificios y ver la cara de terror de sus habitantes antes de ser aplastados por ellos. La otra cosa que nos encanta es disfrutar de una buena comida. Aunque no paramos de hablaros por aquí de los manjares que solemos degustar, como series, cómics, libros o científicos locos; está vez os voy a proponer un menú a base de interneteo, que se distingue de las comidas que antes he mencionado por ser muy sencillo de preparar y no engordar vuestra estantería.


Primer plato: Welcome to the Suck. Para empezar, os sugiero el blog de Oneyros. Un lugar muy personal, desde el que comparte con el resto del mundo su pasión por el cine, la televisión, los cómics y mucho más. Ahora mismo, podéis leer una estupenda entrevista a Jordi Bayarri en dos partes.

Segundo plato: Fogonazos. Seguramente ya muchos conozcáis este blog de visita prácticamente obligatoria, habitual de la portada de Menéname, y ganador de algún que otro premio. Su autor, Antonio Martínez Ron, es periodista y editor del diario ADN, y colabora en otros blogs a los que podéis llegar a partir de éste, también tremendamente interesantes. En Fogonazos, podremos descubrir multitud de curiosidades sobre nuestro planeta, nuestras ciudades y mucho más. Un gran ejemplo de cómo la realidad supera siempre a la ficción.

Postre: Plétora de Piñatas. Para irse con buen sabor de boca, nada mejor que la tira diaria que nos ofrece Mauro Entrialgo. Como siempre, Mauro nos muestra la realidad simple y llana, pero de manera que nos arrancará una carcajada, al hacernos darnos cuenta de lo ridícula que resulta a veces nuestra propia forma de ser. Por cierto, a mi también me gusta bastante para desayunar :)

Y eso ha sido todo. Espero que hayáis quedado satisfechos. En el caso de que no haya sido así, siempre podéis echar un ojo a la barra lateral y picotear un rato entre la otra comida que tenemos por ahí. ¡Qué aproveche!

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"Cuy'val Dar"

domingo, 2 de marzo de 2008

En el Hall of Fame de los frikys hay un lugar de honor para todos aquellos desviados que desde 1977 se enamoraron de Star Wars. Desde entonces este nuevo universo imaginario no para de expandirse, y al igual que pasa con la vida misma, aparecen grupúsculos de fans que se arremolinan por afinidad en torno a una corriente de opinión. Por ejemplo, "los puristas", aquellos que se lamentan de toda la basura que según su opinión se ha introducido en "el Universo Expandido de Star Wars", con la aparición en escena de nuevas tramas y nuevos protagonistas. Por ejemplo, "los gamers" que se han beneficiado del filón comercial que Lucasarts no para de explotar reinventándose constantemente con mayor o menor acierto. Por ejemplo, las "nuevas generaciones" a las que la saga original les sirve de referencia aunque con efectos especiales artesanales y buscan otro tipo de aventuras. Yo personalmente no soy "la inquisición galáctica" y tampoco aspiro a imponerle mis gustos a los demás.


Hecha esta breve introducción, aprovecho para centrarme y escribir mi impresión acerca de tres libritos de Star Wars que he tenido el placer de leerme y que están basados en un videojuego: Republic Commando. Con estos antecedentes uno podría esperarse cualquier cosa, sin embargo tengo que decir que me ha resultado una lectura ligera de lo más entretenida, y esto es mérito de la autora Karen Traviss, que es considerada una escritora seria. No están en castellano, así que si os pica la curiosidad Amazon es la solución, con la fuerza del Euro frente al Dolar no debería doleros mucho el bazo hoy por hoy. Paso a comentarlos.
Hard Contact: Es el primero de los tres, en él se sientan las bases para entender los otros. Para hacernos una idea, los comandos son tropas de élite agrupadas en escuadras (squads) de cuatro clones cada una con un reparto de roles basado en el diseñado para el videojuego: un comandante de escuadra, un experto en demoliciones, un francotirador psicópata y un hacker. Los comandos poseen una genética superior a la de los clones estándar e inferior a la de los ARC (Advanced Recon Commandos) lo que les hace más independientes y desarrollar personalidades complejas. Sus misiones son las clásicas de todo comando: "pocas opciones de éxito, una muerte segura ¿a qué estamos esperando?".

La acción se situa justo después de la battalla de Geonosis, cuando debido al número de bajas entre los comandos se forma la escuadra Omega con los supervivientes de otras cuatro escuadras y son enviados a un remoto planeta llamado Quilura, en donde una joven padawan en apuros acaba de perder a su maestro. Allí se decide el futuro de la guerra porque los separatistas están desarrollando un arma genética para los clones. Para la República ellos son solo un medio pero para los comandos se trata de la vida o la muerte de millones de sus hermanos.

Esta trama se ve sazonada con flashbacks en los que los comandos recuerdan su entrenamiento en Kamino, donde se narran probablemente algunos de los mejores momentos de la novela, y donde sale a relucir la procedencia de sus instructores: guerreros mandalorianos como Jango Fett (resumiendo mucho son una cultura guerrera). A la vez la narración describe la relación que traban con la joven e insegura padawan y como cambia la forma que tienen de verse unos y otros. Ellos dejan de ser para ella números, meros objetos utiles y prescindibles cuando llegan al final de su vida operativa. Pasan a ser personas, soldados sin derechos y sin futuro obligados a luchar en una guerra que no es la suya y que se ha estado cocinando desde antes de que nacieran. Mi política es no destrozar mucho los argumentos cuando hablo de libros así que no diré más.

Triple Zero: Cambio de escenario, la acción se mueve ahora al centro mismo de la galaxia, a la capital: Coruscant, el inmenso planeta ciudad. La escuadra Omega se unirá a la escuadra Delta (la original del videojuego) para llevar a cabo una misión de contraespionaje. El objetivo será eliminar a un topo que está facilitando información a los separatistas, que están destruyendo puntos claves de la infraestructura del Gran Ejército de la República.

La gran baza de está entrega es que familiarizados ya con la escuadra Omega y con la joven podawan, ahora ya caballero jedi, la autora introduce personajes nuevos muy atractivos. Entran en acción los sargentos que les entrenaron en Kamino y a los que hacían referencia en el primer libro. El sargento Kal Skirata se convierte en el personaje más emblemático a partir de ese momento. Sigue siendo un mercenario y sólo piensa en si mismo, pero para el los clones son su familia y llegará a las puertas del infierno para protegerlos. También aparecen los null, los seis primeros clones viables de Jango que aparecen en Hard Contact cuando son apenas unos niños, y cuya genética no había sido aún lo suficientemente domada. Toda esta tropa, nunca mejor dicho se arremolinará alrededor de Skirata para alcanzar su objetivo.

Lo bueno es que los personajes evolucionan durante esta segunda entrega, y el libro va dejando entrever el conflicto real dentro de la orden jedi en torno a la "humanidad" de los clones. Asimismo elabora muy bien el conflicto que sufren estos soldados/esclavos en esta misión, por el hecho de tener que vivir transitoriamente lejos del frente, donde solo llegan los ecos de la guerra y la gente ordinaria vive sus vidas despreocupadas. Para el que quiera habrá incluso romance, y no sólo con la jedi, ya que en un frente de batalla no hay muchas mujeres, pero en una ciudad es distinto.

True Colors: El título muy sugestivo va acorde con la situación que se planteará cuando nazca el Imperio. De parte de quien se posicionaran los millones de clones cuando estalle el conflicto. ¿Seguirán a sus generales jedi hasta el final? ¿obedeceran al canciller Palpatine? Skirata tiene una tercera opción. Esta no es su guerra, es la guerra de otros, el quiere sacar a "sus muchachos" de una pieza y sin la aceleración de crecimiento que les condena a una vida corta. El objetivo primario en esta última entrega será la "caza del cientifico". Pero no sólo Skirata busca al genetista capaz de devolver una duración normal a la vida de sus muchachos, parece que el canciller tiene un oscuro interés en encontrarlo.

Esta entrega se caracteriza por la multitud de tramas paralelas convergentes, como no, en un climax final, incluyendo giros del guión. Básicamente la escuadra Delta irá a la caza del ciéntifico para Palpatine, mientras la escuadra Omega está en la otra punta de la galaxia luchando, y Skirata va un paso por delante de todos ellos con sus clones null ayudándole en la tarea. Asístimos a las reflexiones que van trabando las tres entregas. En esta en concreto con especial atención a la forma en que la orden jedi está siendo engañada y preparada para el sacrificio ritual que tendrá lugar en "La Venganza de los Sith". El final queda un tanto abierto... ¿Habrá cuarta parte? Me imagino que eso dependerá de las ventas.

En resumen: lectura ligera, agradable, con un toque reflexivo interesante en algunos momentos e ideal para el metro. Te atrapa en ocasiones y no quieres dejar de leer hasta saberlo todo. Espero que os guste.

Para acabar detalles muy, muy frikys. A la escritora le pidieron que desarrollara el lenguaje propio de la cultura mandaloriana. Se puso manos a la obra y tiene en su página web un diccionario y una gramática si no recuerdo mal. Parecerá una extravagancia pero no es así porque crea una atmósfera cultural propia para los comandos. La banda sonora del videojuego (que se antaño se podía bajar gratis en mp3 pero que ahora no encuentro) recuerda a los coros vocales rusos y ya esbozó por donde iría el lenguaje, ella lo desarrolló. Si la conseguís está bien. ¡Ah! Cuy'val Dar significa: "those who no longer exist" y se refiere a los mandalorianos que se pasaron diez años en secreto entrenando el GAR (Great Army of the Republic) en Kamino.
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Nota: Internet está cambiando muchas cosas, entre otras la forma en que se conciben los derechos de autor y el copyright. Tengo que decir que he estado a punto de no escribir esta entrada por la postura de la escritora con respecto al copyright. No porque me advierta de que hay copyright, mala suerte por la visión estrecha, sino porque pretende explicarmelo con sus propias palabras amenazandome como si tuviera cinco años y fuera imbécil en su página web. ¿Por qué iba yo a hacer publicidad gratuita a alguién que me considera un "ladrón a priori" cuando he tenido la decencia de comprarle sus libros? Y se los he podido comprar porque existe Internet y existe Amazon. Por eso no he incluido ninguna de las portadas de los libros en este post. Además ¿que sacan las empresas de perseguir a sus fans que ya les han comprado el producto y que se lo promocionan gratis? Al fin y al cabo, los libros siguen siendo los niños bonitos de la industria, porque el libro como soporte físico no se enfrenta a la desaparición como el CD, el DVD o el triunfante Blu-ray.

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