Glow

jueves, 5 de noviembre de 2009

Mientras busco una óptica que sea capaz de hacer un par de gafas de pasta del tamaño de mi monstruosa (jaja, ¿lo pilláis? ¿isla de los monstruos - monstruosa? Tiene gracia! En serio!) cabeza para adaptarme a mi nuevo estilo de vida, en el que me paso la semana del teatro a sitios de Jazz y cafés en los que me siento a hablar del sentido de la vida y de la influencia de Schopenhauer en la filosofía costumbrista y la revolución sexual del escarabajo pelotero, mis andanzas me han llevado a parar por el teatro Nuevo Apolo de la madrileña plaza de Tirso de Molina para ver... Glow.


¿Qué es Glow? Esta es fácil, Glow es teatro negro, elevado al cubo. Es decir, tres actores visibles mientras un grupo de unos 7 u 8 personas vestidas completamente de negro mueven cosas por el escenario (a oscuras para que no se les vea) para crear el efecto que se desee. Dentro de este género (que confieso desconocía que se llamase así), Glow brilla con luz propia (estoy que me salgo con los juegos de palabras eh?) haciéndote creer que estás viendo una película, leyendo cómic o en una fiesta, todo al mismo tiempo (de hecho, la publicitan más o menos en ese plan). Me resulta difícil explicar cómo es, pero os puedo decir, que es exactamente así.

El espectáculo ha sido creado por Lior Kalfo, que también dirige y protagoniza la obra. Este artista de origen israelí, poseedor de una tarjeta de residencia de EEUU por sus "excepcionales habilidades artísticas", decidió hace unos años irse a Praga para desarrollar la técnica del teatro negro (con éxito, imho). Para aprovechar lo aprendido y desarrollado, creó una compañía de teatro negro checa en 2001, que obtuvo un gran éxito con una obra del propio Kalfo, representándose todavía a diario y siendo un gran punto de atracción turística. En 2003, y debido al éxito cosechado, creó una compañía similar pero en su tierra natal, Israel, que consiguió gran notoriedad también. La obra que tratamos, es el fruto de 2 años de ensayos de dicha compañía y que ya ha visitado Israel, Alemania y Austria (debido a lo cual, si queréis verla, tendréis que poneros las pilas, porque en entradas.com no venden más allá de la semana que viene, lo que me hace pensar, pero no he podido confirmar, que sólo van a estar hasta el día 15 de Noviembre).



La historia de Glow no es lo mejor, pero no importa mucho. Cumple su función de resultar entretenida y dar pie a situaciones de lo más variopintas (las fantasías de Glow, el prota, son de lo más divertidas e impresionantes). Lo más raro quizá sea el lenguaje utilizado, ya que utilizan una mezcla de idiomas (inglés, español, italiano, Glowense... aunque las partes localizadas al español están bien escogidas), pero las partes habladas son casi lo de menos debido a la gran expresividad que demuestras con sus gestos y acciones, y sobretodo, con su interacción con los elementos del escenario. Y es que este es el punto fuerte de Glow, una puesta en escena impresionante. Desde travelings de cámara como si de una película se tratase (es decir, podemos ver cómo la cámara imaginaria se mueve por la escena), hasta lograr que una bolsa de plástico sea un actor más dentro del escenario, Glow se distingue por saber trasladar al teatro elementos propios del cine y del cómic (una vez más, remito al vídeo). Además, tengo que destacar también lo bien que consiguen interactuar con el público, consiguiendo que nadie salga del teatro sin una sonrisa y una alegría sin igual.

En resumen... IT'S A MUST!!!!.

PS: Aprovecho, aunque hace un par de semanas que fui y no hice reseña, para comentar que el espectáculo Jamming es también altamente recomendable, muy divertido y relativamente barato (aunque para este no hace falta que tengáis prisa, que parecen que les queda para rato... si tenéis dudas sobre si me gustó o no, que sepáis que fui dos viernes consecutivos :p).

2 cucamonas:

Carlos dijo...

¡¡Hey!! ¡¡Yo también he ido a ver la obra!! De hecho, iba a hacer una reseña de una frase: "Una historia de ninjas disfrazada de la típica historia de amor"... pero no la puse porque resulta que hay gente que va a verla sin saber qué es el teatro negro... y claro, les parece magia, con lo que se disfruta el doble.

Iruma dijo...

Reconozco que hasta que no salieron las palomitas no sabía cómo lo hacían.